martes, 28 de enero de 2014

*viaje corto




Olemos la lluvia mientras bajamos por el camino. En este momento estar protegidos es tener un refugio que nos guarde. Desde hace un tiempo corto los medios a toda costa le adjudicaron un rayo. Vos ya los conocías de chiquita en medio del campo una noche. Cuando el rayo te habló, te dijo: no temas, no temas. La electricidad está dentro de todas las cosas vivientes te inyecta rápido un sacudón y ya nada puede ser contado. Vos: no temas, no temas.

¿Cómo es la lluvia en un pueblo, el agua en las calles de tierra?

¿Cómo es la lluvia en un auto en la ruta con 4 arriba que tienen miedo?

La tensión atrae a lo que se le parece, tené cuidado: va a venir el rayo, nos va a succionar por entero y vamos a aparecer del lado de las cosas que se van.

Dejamos todo atrás como la tormenta, con los bolsos desparramados y abiertos cualquiera es vulnerable, acá lo seguro está seco. Decime quien sos ¿ya sabés? Decime de dónde venís ¿qué te gusta oler?

Cancioncita mental

Despertar / del otro lado

Despertar / sin un costado

vos no estás / sos un pescado

y te comiste / mi mitad.


martes, 2 de julio de 2013

* PRESENTAMOS VAYONESA *


Vayonesa es un libro de poemas breves, que escribí hace 2 años ya. La propia cartonera de Uruguay me propuso editarlo hace un tiempo, la colgamos, vino Gonzalo y la activó. Crosti que es mi amiga dibujó la edición. Con Emilia, Nico, Milton, Manu, Fer y Abril, Juli, Cros, Fon y Gonza pintamos las tapas, mientras nos tomábamos unas birritas y hablabámos de nuestras primeras experiencias amorosas.Diego Vdovichenko presentó su primer libro también, vino de La Plata y estaba contento con esa cara de alumno-niño que tiene cuando se pone contento y se muerde los dedos. Nico Arias cantó por primera vez sus canciones, solo, como cuando nos juntamos y canta para todos y me dice: -dale, dale, cuál querés melidepetris . Estaban todas y todos y se los presenté a mi mamá. Ese día pensé en el montoncito de cosas que me habían pasado en esos 2 años, que juntas podían atarse con un hilito, como ahora el libro con tapas de cartón que dice algunas cosas pero contiene más, y festejé los lugares a los que me lleva de viaje la poesía. 

Voy a agradecer siempre a Ale que invitó a Lucía Bianco una mañana de domingo al parque San Martín a charlar. Yo estaba dormida y no sabía por qué estaba ahí, quién era Lucía. Sólo me acuerdo de su sonrisa grande y que le dije en medio de la conversación que necesitábamos formarnos, que no había talleres, que nos faltaba información. No pensé que iba a pasar todo el resto: a los días Lu nos dijo que había que buscar un lugar. En Puntalta lo público es más íntimo, en el garage de mi casa empezó todo. Y pensamos tantas cosas los sábados de 10 a 12 de la mañana entre mates y risas que siento algo hermoso adentro. Después mil rayos de colores se expanden y me dejan acá: estoy contenta.

A Fon la conocí leyendo y me encantó para siempre. Ella me acompañó y escribió su mirada sobre Vayonesa que transcribo a continuación para todos ustedes. Los dos videos que siguen son de esa noche, capturados simpáticamente, por Emilia Bianco. ¡Muchas gracias!





Imagino la lectura del libro como una sucesión de 9 o 10 películas diapositivas en un viejo proyector, sobre una pared relativamente blanca.

Una diapositiva, un poema. Reemplazadas con 1 o 2 segundos de oscuridad y el ruido tajante del artefacto. No se escucha mucho, las diapositivas no tienen sonido.

La habitación oscura y el operador.

La habitación oscura y la abuela Elvira tendida en una cama de hospital. A veces pasa alguien entre el proyector y la pared interrumpiendo la foto con su sombra humana. Veo esas imágenes, esa textura del recuerdo, una por una, como le pasa al protagonista de la novela cuando se está por morir. Esa selección y sucesión de fotos viejas adentro del ojo que en las ficciones televisivas son solo un motivo transitorio porque los protagonistas: o no mueren o reencarnan.

Me gusta pensar cada poema como una película diapositiva casi muda que se proyecta con una voz en off. Cada foto tiene una duración desconocida: la que decida el relato, el operador del proyectar o lo que determine el lector en cambiar o no de página. Podemos detenernos en las imágenes de Vayonesa: el hospital, la reencarnación, la infancia, el amor, la familia, la pronunciación de las palabras. Podemos incluso como lectores pretender que se trabe una diapositiva y empezar a leer yuxtapuesto la infancia, el globo, las chinelas al lado de la cama, la bicicleta, la inocencia, la competencia lingüística para adaptar un término. Una abuela, una nieta y un libro son un conjunto de hablantes. Yo puedo pronuncia por ellas la palabra "vayonesa" y guarda con quien venga a corregirme.

Hay una historia de gente de mi pueblo. Una familia que llegó de Italia con la gran oleada inmigratoria, eran de apellido Corinti.

Los Corinti se encontraron con el dilema de tener que explicar su apellido al bajar del barco para que los pudieran asentar correctamente. Les preguntaron cómo se escribía esa palabra. Alguna de la familia respondió "Corinti, así como es" o "Corinti, como suena". Cuestión que el come suona en italiano se transformó por error o vaya a saber qué nombre lleva el asunto, en un Comesona, segundo apellido de la familia escrito en un papel.

Imagino que por un tiempo se habrán sentido molestos, al menos las generaciones posteriores cuando descubrieron la nomenclatura en una confusión auditiva burocrática.

En realidad podríamos pensar por los Corinti Comesona o la Vayonesa, que qué derecho tienen las palabras a plastificarse antes de pasar una frontera para no permitir que el uso, una confusión o cierta dicción las haga un poco más propias. Imagino una familia modificada por el nuevo nombre como también una nueva receta nueva de aderezo cambiada por la V corta, quizás una mayonesa con más huevos, menos aceite, no sé, algo que le haga la v inicial al proceso de elaboración.

Yo confío en el libro desde que veo en la primera página letras escaneadas de puño y letra de la abuela Elvira construyendo una palabra nueva de forma irregular. Letras rescatadas y escaneadas de un cuaderno de alfabetización adulta. Le creo a esa palabra como proceso de reconstrucción contra el olvido, rearmada post mortem porque nunca antes estuvo escrita. Tiene capas, tiene textura, cuenta una historia. Tiene 9 o 10 diapositivas que funcionan como el relato de una nieta - niña - mujer. Vayonesa. Deberíamos pronunciarla como acto de justicia poética.

En una página dice:

"ya no tiene la voz,

si me olvido se muere"

y en otra:

"no me acuerdo de tantas cosas,

rasco y rasco y no me acuerdo"

Y nosotros vamos leyendo, sacando y reemplazando diapositivas, repronunciando la palabra ausente.

Los poemas son cortos y compactos, hay que evocar lo necesario, en los hospitales se habla poco y bajito, mientras se proyectan diapositivas se murmura.

Hay un relato constante que está de fondo ahí, como hilo conductor de esas imágenes. Nosotros hablamos, acotamos sobre la foto.

En el libro hay una idea de eternidad como vuelo de serpentina. Surge, se arroja y el vigor se diluye en el aire. Como una pronunciación: lo que se dice, se dice y se va. Quedará en nosotros lectores tomarla y volver a decirla para arrojarla al aire, evocando la última pregunta de este hermoso poemario:

"¿A quién llamarán, cuando se detienen, antes de volar?

Alfonsina Brión 





sábado, 13 de abril de 2013

*



el casette que ese novio a los 17 te grabó te llega en una imagen cuando un tipo, azarosamente, canta una canción hermosa por youtube. un guiño para reirse mientras dos felinos empiezan a pelearse para conocer sus uñas. escribir en el libro de ideas perdidas, volumen XVIII. calentarse las manos con la hornalla y charlar. y que te cuenten dos historias en el mismo lugar al mismo tiempo, con distintas voces. anaranjado de habitación a la siesta, tibio, como acercamiento para hablar de a dos en reunión. el entramado de esto no es más que visiones de distintos puntos, brindemos.calzá tu vestimenta de entrecasa para la lucha, una muralla de cartón prensado te espera, autoconstrucción tramposa, alta, con dibujos en marcador.
las historias salen de un cuerpo, a veces se evaporan. ser valiente es salir a enfrentarlo. o no decir nada. un encuentro que te hace perder alguna cosa. y viceversa.



 







sábado, 6 de abril de 2013

en proceso.



Están escavando la calle
los obreros encontraron
un montón de anillos de plástico
de todas formas y colores
muchos que alguien guardó
no se sabe quién
no se sabe cuándo
para sorpresa de todos los vecinos
festejemos que la suerte está de nuestro lado
hay anillos de plástico de colores
escondidos debajo de las calles.


No sé dónde aprende el drama. Servilletas auspician de pañuelos descartables y riegan, abolladas, el costado de la cama. Al despertar, los ojos hinchados reciben mucha luz, se entrecierran, tantean  los pies  una nieve de papel suave y menos fría. La humedad de un invierno que llegó de repente, no  esperábamos nada de lo que sucede.  Ya no hay estaciones, cada día hace lo que quiere. La gata desparramada sobre la manta de retazos de lana que tejió mi abuela, me mira sorprendida. No debe ser tan difícil salirse del plan mental.  Trato de reconocerme la cara con las manos ¿cómo me veré desde afuera? La relatividad y los transeúntes, la sensación de arena en los pies faltó este verano y se nota. Como una ciudad que se dejó arrastrar por el agua, me duelen los ojos. Machacar fruta con los pies, que explote, se impregne, se escurra entre los dedos y sea líquido que corre. 




remábamos un kayac en la oscuridad
con el novio de una amiga que aún no  conozco
yo, adelante
sentía que la noche me comía
entrábamos a un camino de agua subterráneo
llegábamos a una fiesta de cumpleaños
de alguien que sé quién es y no recuerdo
después venías vos
como yo me iba
me dabas un regalo
descubría que eran tres
con tres tarjetas,
dedicatorias y objetos usados.




Desde la ventana se ven piernas 
acá 
estimular 
hace bien
un número suelto color azul
cuando te llamé 
sonaste emocionado y me emocioné
los hombres bailaban
solo los pies
porque sus cuerpos no
(un punto) 
desde la isla más poblada del mundo
las casas se caen
oh!        
Eso es un cacho de lo que quedó.



Que va y viene desde hace 8 años
que se vaya para siempre
que le está cagando la vida
le grita de madrugada
desde la ventana
a ese
que golpea la puerta de salida
se cierra la persiana
y se lo dice a ella,
en voz baja.



Un agujerito en la pared de una cámara gigante para ver las nubes
bajás la vista y ves un corazón pegado en la vereda
una madre le dice a su hijo que lo van a pisar los camiones si no camina rápido
un pibe en la esquina piropea
desde un auto bailan hip hop, padre e hijo
cajas para libros, muchas
el almacenero me despide cariñosamente del barrio
me guardo una flor de lavanda en el bolsillo, recuerdo de tu casa
desarmar algo que se construyó con amor y empezar
otra vez
una pirámide de naipes dibujados.

domingo, 10 de marzo de 2013

Plegaria de domingo



Que pase rápido
que vuelva a sonreir de adentro
cada tanto 
parece que adentro va a explotar
un traje rojo
el sol entibia a punto caramelo
las ganas de llorar 
por todos los poros
un paso y otro
mientras, lo invisible
abro la ventana y veo globos
globos de conversación
hago silencio y flotan
se pierden

para encontrarse hay que querer.



sábado, 2 de marzo de 2013

1



Empiezo una hoja
Con lluvia con paraguas transparente vi reventarse gotas
La longitud de mi casa a la tuya llovió
Y medimos distinto
La piel de mi abuela de cerca  parece de tortuga
Un delantal de cocina con manchas de harina, un poema
Contame tu historia que me gusta
El taxista dice que no me haga problema, no tengo hijos
Un tiempo hermoso
Tenemos fallas y lo que hacemos también
Reconozco la cara de mi gata
Y mastica descubriendo
Una casa en la calle, todo afuera.